14.- Cómo ha cambiado nuestra relación.

Hay momentos en los que te detienes y decides mirar atrás, buscando aquello que ahora te cuesta encontrar. No con dolor, ni melancolía, sino simple necesidad de mantener viva la llama de la vida.

Sigues siendo tú, mi querido Román, mi amado Román, mi gran compañero, mi indudable media naranja, mi más fiel amigo, mi dulce amante, mi soñado padre de mis hijas, mi yo en ti.

Aun así, tus emociones se han visto afectadas. Te cuesta no solo transmitirlas sino sentirlas. Sé que me quieres, no paras de recordármelo, que me adoras y que te sientes a salvo a mi lado. Que darías tu vida si fuera necesario.

Y aun así intento hurgar en ti en busca de mi Román, ese que me hacía sentir la mujer más importante del mundo. Mirar tus ojos y encontrar en ellos el deseo que despertaba en ti. Tocar tu piel y que sintieras el mayor de los escalofríos. Besar tus labios en busca de la eterna juventud.

Es difícil, muy difícil, pero no imposible. No desistiré hasta hallar a mi Román. El que me enamoró año tras año. El que consiguió que fuera mi todo y que también lo sea para mis dulces bebes.

Pero déjame decirte que te echo de menos. Enormemente. Tanto que a veces me duele el corazón. Que sé que luchas cada día por volver a ser tú en mi. Y te doy las gracias por intentarlo. No dejes de hacerlo, lo conseguirás.

Yo estoy aquí, siempre lo estoy. Anhelando cada momento de compartir contigo. Ayudándote a que tus emociones fluyan. No solo las nuestras, también las de tus princesas.

Cuanto cuesta sonreír cuando tu cuerpo ha sufrido tanto. Cuanto duele llorar cuando tu corazón se ha hecho añicos. Cuanto cuesta abrazar cuando tu mente debe volver a nacer. Cuanto cuesta besar si todo ello aun no está superado.

No desestimes tu capacidad de conseguirlo. Volverás a disfrutar de todas esas emociones, lograrás transmitir todos tus sentimientos. Y juntos compartiremos de nuevo el amor que nos unió un día.

Volverá a brillar esa luz en tus ojos, esa chispa que desprendías cuando transmitías tu amor. Volveré a reconocerte en mis brazos, a sentirte, a quererte y amarte por encima de todo. Volveré a gritar a la vida que eres un campeón y que has conseguido alcanzar  lo que pocos han visto perder.

Gracias por no perderlo todo, por seguir en parte con tu esencia. Gracias por seguir en la búsqueda de tu identidad, gracias por trabajar cada día en lograr transmitir lo que forma parte de tu gran legado, tu amor.

Hazlo por ellas, por mi, por ti. Hazlo para que perdure tu esencia. Para que no se olvide. Para que tus hijas tengan siempre presente de que están formadas sus raíces. Que no obvien nunca que su materia está hecha de tenacidad, de constancia, de lucha y trabajo, pero sobretodo de felicidad y amor, de respeto y calor.

Sé que volveré a sentirte a mi lado, que abrazaras mi alma, sollozarás en mi corazón, besarás mi amor hacia ti, y ese día gritaré al viento que eres mi mayor héroe, y sabré hasta el fin de nuestras vidas que me quieres con toda tu alma porque has conseguido conquistarme de nuevo.

Y permíteme acabar con un trozo de la primera poesía que me escribiste, recordando lo que desperté en ti, lo que viste en nosotros y lo que sé que nos une por encima de todo.

Que te quiera como te quiero. Que el ahora sea nuestro y el futuro, compañero y aliado, quede en el recuerdo. Que el orden dezaparezca y, planificados encuentros rebosantes de alegría se destruyan, apareciendo atardeceres nuevos, exhaltados, verdaderos e intencionados. Que te entienda, que olvide tu encanto encontrando tu descaro, y que éste sea rencoroso, desaliviado, renqueante pero casi hiriente..... que descubra que te he amado. Y que te amo. Que demuestres que nado, medio ahogado, flotando pensamientos sin reparo. Que me digas de que hablo, que te oiga y me ampares. Placeres esquivos no existen ¿ estamos enamorados? Que dude, que tiempo queda, y que entienda tu legado. N.I.S.D.I.

No lo olvides nunca, una vez lo sentiste y lo predijiste. Recuérdalo, me amaste y me amas. Haz que lo sintamos. Por un nuevo atardecer...



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