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Mostrando entradas de abril, 2019

15.- A ellas, las que cada día se superan

Me sigue sorprendiendo cuando ellas son capaces de normalizar las situaciones. O cuando sienten lo que no es tan evidente. O simplemente disfrutan de la vida sin pararse a pensar más allá del momento. He de reconocer que admiro cada instante que vivo junto a mis hijas. Sin ellas no hubiera sido capaz de sentir la felicidad otra vez. Sin ellas no hubiera valorado cada minuto que vivimos juntos. O sin ellas no hubiera encontrado de nuevo el sentido de la vida. A través de sus ojos soy capaz de ver la inocencia, la dulzura y la vitalidad de nuestros momentos juntos. Veo las ganas de superar cada piedra que encuentro en mi camino. Noto como cobra sentido mi papel de madre y compañera de viaje. Aun así, me sorprenden enormemente, con sus reflexiones o acciones. Carla, con un punto de más madurez por ser la mayor, no entiende porque no hay explicación o una respuesta para todo. "Lo siento cariño, no la hay, o no en este momento, o quizás no lo entenderías, o simplemente

14.- Cómo ha cambiado nuestra relación.

Hay momentos en los que te detienes y decides mirar atrás, buscando aquello que ahora te cuesta encontrar. No con dolor, ni melancolía, sino simple necesidad de mantener viva la llama de la vida. Sigues siendo tú, mi querido Román, mi amado Román, mi gran compañero, mi indudable media naranja, mi más fiel amigo, mi dulce amante, mi soñado padre de mis hijas, mi yo en ti. Aun así, tus emociones se han visto afectadas. Te cuesta no solo transmitirlas sino sentirlas. Sé que me quieres, no paras de recordármelo, que me adoras y que te sientes a salvo a mi lado. Que darías tu vida si fuera necesario. Y aun así intento hurgar en ti en busca de mi Román, ese que me hacía sentir la mujer más importante del mundo. Mirar tus ojos y encontrar en ellos el deseo que despertaba en ti. Tocar tu piel y que sintieras el mayor de los escalofríos. Besar tus labios en busca de la eterna juventud. Es difícil, muy difícil, pero no imposible. No desistiré hasta hallar a mi Román. El que me ena