14.- Cómo ha cambiado nuestra relación.
Hay momentos en los que te detienes y decides mirar atrás, buscando aquello que ahora te cuesta encontrar. No con dolor, ni melancolía, sino simple necesidad de mantener viva la llama de la vida. Sigues siendo tú, mi querido Román, mi amado Román, mi gran compañero, mi indudable media naranja, mi más fiel amigo, mi dulce amante, mi soñado padre de mis hijas, mi yo en ti. Aun así, tus emociones se han visto afectadas. Te cuesta no solo transmitirlas sino sentirlas. Sé que me quieres, no paras de recordármelo, que me adoras y que te sientes a salvo a mi lado. Que darías tu vida si fuera necesario. Y aun así intento hurgar en ti en busca de mi Román, ese que me hacía sentir la mujer más importante del mundo. Mirar tus ojos y encontrar en ellos el deseo que despertaba en ti. Tocar tu piel y que sintieras el mayor de los escalofríos. Besar tus labios en busca de la eterna juventud. Es difícil, muy difícil, pero no imposible. No desistiré hasta hallar a mi Román. El que me ena