11.- En cada giro que nos da la vida no dejo de sorprenderme

Cada día aprendemos algo nuevo, cada día vivimos nuevas sensaciones, y por ello no deja de sorprenderme la capacidad que tiene el ser humano de afrontar las novedades y en especial los niños.

Cuando algo no sale como tu esperas y tu paso por el hospital se alarga más de lo que deseas, vives lo que ello conlleva a tu alrededor.

En nuestro caso, quizás por tener dos niñas en pleno proceso de crecimiento, no dejamos de superarnos día tras día. De cuestionarnos y preguntarnos porque las cosas suceden como suceden y que podemos hacer para afrontarlas sin perder la esperanza de que todo tiene un porqué, o simplemente es así.

Ahora estamos en esa situación en la que deseamos que vuelvas a casa, que mejores pronto. Te echamos mucho de menos, pero sabemos que te están cuidando y haciendo todo lo posible para salir en las mejores condiciones.

Y es así como veo a nuestras princesitas como se están convirtiendo en verdaderas guerreras. Quizás algo estamos transmitiendo que ya empieza a calar en sus mentes y son increíbles máquinas de razonamiento.

Ya no esperan palabras de consuelo o vacías en contenido. Buscan explicación a lo que sucede en cada momento. Y siempre con esa intención de saber más y sin olvidar quienes son. Calmamos sus dudas con todo el amor que podemos darles.

Sé que el que ellas hayan normalizado esta situación te causa dolor Román. Tristeza porque son conscientes de lo que es una larga enfermedad.
Pero desde mi forma de vivir este momento, lo veo con mucha alegría, porque estamos consiguiendo crear en ellas una fortaleza muy importante, para que puedan afrontar mejor cualquier complicación que se les presente en un futuro.

Veo como se van generando mecanismos de autocrítica y de defensa. Cómo la paciencia va entrando en ellas, cómo las esperas se hacen menos duras. Pero no por resignación, sino por que son capaces de entender que está sucediendo.

Estoy convencida de que esto les está enseñando muchos valores que de otra forma no podríamos mostrarles. Me ayuda también a vivir estos momentos con mayor esperanza. Ellas siempre me muestran el mejor de los caminos.

Conversamos mucho. Veo como van abriendo su mente y a través de la razón muestran su corazón, aun puro y limpio. Admiro mucho la forma en que expresan sus sentimientos, sufren sus angustias o viven sus alegrías.

Me reconforta pensar que encuentran en nosotros el apoyo que necesitan en cada paso que dan. Y me ilusiona ver que son capaces de tomar decisiones que algún día comprenderán que fueron muy importantes.

Al fin y al cabo no dejan de ser niñas y tampoco todo está curado en su interior. Por lo que te sorprenden con sus obviedades. Como no querer desmontar algo que montó papá, por miedo a perder algo de él. O no querer cambiar las sábanas porque aun huelen a él. O dejar su hueco en el sofá o su sitio en la mesa. Tampoco comerse el yogourth que tanto le gusta, aunque ya esté a punto de caducar.

Sienten que así te traicionan o que se alejan de ti. Con dulzura les explico el verdadero significado de traición. Aun así es su forma de contribuir en esta historia. Ellas, los verdaderos ángeles de la guarda, velaran siempre por su gran héroe, su papá.

Y no dejo de asombrarme cuando su pequeño entorno, sus amigas, me hablan de la admiración que tienen ambas  por ti a través de las historias que explican. No puedo más que agradecer que no solo lo sientan sino que sean capaces de compartirlos con sus amistades. De no avergonzarse cuando necesitan llorar tu ausencia.

Y a ti, que puedo decir de ti. Que me encanta ver como se te llena la boca cada vez que hablas de ellas, como tus ojos brillan cada vez que las nombras, o tu sonrisa cuando las ves en las miles de fotografías que guardas en el móvil.

Tu corazón late por ellas. Tu mente sobrevive para ellas. Superaremos este nuevo bache gracias al amor que sentimos por ellas. Y sacaremos lo mejor que tenemos para dárselo a ellas, nuestras niñas. Nuestra razón en esta vida.

Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños, porque cada día es un comienzo nuevo, porque esta es la hora y el mejor momento, porque no estás solo, porque yo te quiero.   








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