3.- Necesito coger aire, el día que decido hacer un alto en el camino. Si amanece que sea lento....
A veces el tiempo no me deja pensar. Reflexionar sobre lo sucedido. Releer los pasos dados. No hay tiempo. El día me come. La vorágine me lleva a un círculo del que me siento atrapada y no puedo salir.
Cuando la vida te golpea fuertemente y sientes que todo alrededor tuyo se tambalea, es difícil no sentir que te dejas llevar por lo convencional, por lo que es "normal", por lo que se debe hacer.
Y así es. Así es como decidí tomar las riendas de mi familia, quizás de una forma casi heroica. Compaginé o al menos lo intenté, vivir con mayor intensidad mi vida profesional. Me había convertido en el cabeza de familia, y me sentía con la obligación de apostar por mi crecimiento en el ámbito laboral, que me reportara de mayor posición, prestigio y por supuesto mejores condiciones, que me alcanzaran para cubrir todas las exigencias que mi familia necesitaba, de las más básicas a las más complejas. Ayudarles en que su día a día fuera más llevadero.
Sin darme cuenta que de nuevo el tiempo no está a mi favor, quizás estaba penalizando una parte muy importante de nuestra vida. La vida, la sociedad, te lleva por un camino que en muchos casos no es el mejor. Aun así sigues.
Te das cuenta, que las necesidades de tu familia van cambiando. Lo que tu considerabas básico ahora se torna complejo. Y lo que ni siquiera te planteabas se convierte en urgente.
Mis días empezaban al amanecer y terminaban pasada la medianoche. En todo ese transcurso del día, mi cerebro no paraba de gestionar momentos, cumplir promesas, planificar y tomar decisión tras decisión. Mi actividad mental se había convertido en un alto consumo de energía vital. Mis pilas cada vez costaban más que se recargaran. La fuente de energía escaseaba. No encontraba como podía reparar mi desgaste.
Y en todo esto que estas metido sin saber muy bien como salir, sigues cumpliendo con tu vida profesional, porque de ella depende todo ese castillo de cristal que estás construyendo. Y cuando esta parte de tu vida, te absorbe la mayor parte de tu energía y no sabes ya como alimentarte de nuevo, empiezas a ver los efectos que ello causa.
Donde recae entonces todo ese malestar, frustración y agotamiento? Sin duda en tu familia. En esa pirámide que habías estado protegiendo hasta el momento, esa base que habías construido con el más fuerte material, esa burbuja que habías construido a su alrededor para que nada, ni nadie se entrometiera..... sin darte cuenta que te has convertido en un intruso en tu propio hogar.
"Mamá porque trabajas tanto? Mamá puedes ayudarme con esto? Mamá puedo dormir contigo? Mamá vendrás a verme a mi obra? Mamá cuando volverás de viaje?"
Solo hago que pensar, que es normal, que son los daños colaterales de una familia que ha sufrido un momento difícil y necesita recomponerse. "Es cuestión de tiempo", me digo. "Todo volverá a la normalidad", me aseguro. Pero Mercè!!!! En que mundo vives!!! Nada volverá a ser como antes. La vida nos ha cambiado. Los pasos de antes, no nos llevan por el mismo camino ahora. Debemos crear nuevos y que nos ayuden en nuestra siguiente ruta.
Mi cabeza entra en un nuevo conflicto. Que es lo mejor para mi familia? y para mi? Que necesidades tenemos? Que estamos perdiendo?
Sé que cada día que pasa juega en mi contra. Veo con otros ojos a mis tres luchadores. Veo como me piden a gritos que me necesitan a su lado, que reclaman mi tiempo. Que buscan mi cariño. Que anhelan compartir conmigo todo aquello que les preocupa.
Yo decidí en un momento darles seguridad, darles amor, darles tiempo para reponerse y ahora se lo había quitado. Solo pedían en su silencio, que cumpliera con mi promesa. La de protegerlos y cuidarlos. Mis tres luchadores se habían convertido en pequeñas piezas frágiles. Vulnerables ante cualquier brizna de aire.
Había conseguido el primer paso. Darme cuenta de que algo estaba sucediendo y de que algo debía hacer. No era fácil. Sabia que no me quedaría impune de pagar peaje. Seguramente penalizando algo de valor.
Pero ahí estaba de nuevo, mente fría y despejada. Pensé en mi escala de valores, en aquella en la que muchas veces habíamos hablado Román y yo. Cual era nuestra prioridad en nuestra vida? Ahí tenía la respuesta a mis preguntas. Y por todo lo que había luchado hasta ese momento? Y mi vida profesional? Lo sabia,.... eso había quedado relegado a un segundo plano. Carecía de importancia en nuestros valores. Ahora mis nuevos valores. Mi familia lo era todo para mi. Me necesitaban. Y no podía dejar que no siguieran el fuerte ritmo que se nos exigía. Ellos estaban sacudiendo desde su interior los daños causados en los últimos meses y años.
Y en todo esto, te echaba de menos, sí, a tí Román. A aquel Román que con su mirada me decía todo. A aquel Román que sabía lo que estaba pensando en cada momento. Y que en una situación así, era capaz de me sintiera tranquila, sin miedo, segura de la decisión que iba a tomar. Pero nuevamente no podía ser. No podía pedirle ese respaldo. Él era una parte implicada. Debía ser yo quien ya le planteara mi decisión. Era mía, solo mía. Aun así, anhelaba su seguridad, su templanza, su decisión ante cualquier situación que nos surgiera. Yo no había sido así. Y ahora los papeles del guión me lo exigían.
Porque? Por que te tuvo que pasar esto? Por que en ese momento? No había dejado de pensarlo nunca. Era inevitable. Por más fuerte que quisiera ser, me sentía vulnerable ante un pensamiento tan natural, al fin y al cabo. Odiaba pensarlo. No podía ni decirlo. Pero lo sentía de veras. Porque? Porque nosotros? Todo iba bien..... más que bien..... mejor que nunca..... éramos felices..... lo teníamos todo.....no lo merecíamos,...... nosotros no....... y nuestras niñas tampoco.....
Y ahora lejos de esa vida que envidiaba en lo más profundo de mi ser, me sentía sola. Aunque estuviera rodeada de mis seres más queridos, estaba sola. Sola en esa historia que habíamos creado, en ese proyecto que habíamos construido, ese proyecto de familia, eso que solo tú y yo sabíamos.
Te amaba más que nunca, y no podía pedirte que me ayudaras..... tu buscarías la mejor solución para mi. Pero no se trataba de eso, se trataba de nosotros. De nuestras pequeñas. La mejor opción para todos. Nos lo debíamos.
La decisión estaba tomada. Debía estar con vosotros. Parar en este tornado de sentimientos, de idas y venidas. Necesitaba respirar. Coger aire. Pensar. Pensar mucho. Pero sobretodo daros tiempo. Mi tiempo. Ahora, o ya sería tarde. Lo demás ya vendría. Sacrificios? Miles...... Mochilas? Muchas...... Estoy segura? Quizás no tengo otra opción. Mi corazón me dice que es lo mejor.
Me siento bien. Siento alivio. Todo irá bien. Saldremos hacía adelante. Siempre con la sonrisa....... no dejaremos que se pierda aunque cueste mucho.......y así es como decidí dejarlo todo para dedicarle mi tiempo a mi familia.
Altre cop admirable, molt de coratge i valentia
ResponderEliminarAnte los grandes palos q te da la vida valoras y priorizas muchas cosas. Lo realmente importante es la actitud q tomas ante una situacion complicada. Merce q valiente eres. Sientete muy orgullosa. Un ejemplo a seguir. Abrazo a vosotros y las peques. Muak
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