4.- Recuerdos del ayer, viviendo el hoy, a él, Román
Algunas veces, inevitablemente te vienen a la cabeza momentos vividos, sensaciones tenidas y cierras los ojos para rememorarlos y que no se escapen. Te gusta como te sientes cuando los vives de nuevo. Te hace sentir plena, viva de nuevo.
Echo de menos dejarme llevar por el momento. Incluso no pensar. Reír sin parar. Escuchar tu conversación, incluso pedirte que dejes de hacerlo porque me abrumas con tanta información.....
Echo de menos que roces mi piel con tus manos, tus caricias, tu respiración a mi lado. Que me digas que me amas. Pero de esa forma que solo tu sabes. Que me abraces como si se acabara el mundo. Que me mires, con esos ojos que lo dicen todo. Tu sonrisa. Anhelo tanto tu sonrisa...... pero sobretodo tus palabras. Te encantaba hablar. Huías de los silencios, te hacían sentir incómodo. Y los llenabas con historias de todo tipo. A veces sin saber si eran de verdad o no. Pero tenías un poder de convicción muy grande. Capaz de hacerte creer en lo más inverosímil.
Si me dejaran volver atrás y escoger un momento contigo, te imagino... sentado en el sofá, con las piernas cruzadas, los brazos apoyados en el reposa brazos. Tu voz cálida y a la vez vigorosa. Tus ojos fijos en los míos. Siempre buscando la conexión del interlocutor. Y explicándome eso que tanto te emociona, eso que estas deseando compartir y que hace que tus ojos brillen y gesticules más de la cuenta.
Escogería otro momento, en el que yo estoy recostada en tu pecho y mientras haces tirabuzones en mi pelo me cuentas los planes de futuro que tienes para nosotras. No concibes tu vida sin nuestro confort. Lo darías todo por nuestra seguridad. Que ironía ahora pensar en ello.
Me encanta otro momento en el que me abrazas por mi espalda y te mueves al ritmo de la música, mientras me susurras lo importante que soy para tí. Tus besos saben a dulce. A un amor puro. Soy capaz de olerte ahora..... de sentirte...... de quererte.
Quizás hayan miles de momentos que escogería y seguramente todos ellos tienen en común una cosa: la capacidad que tenías de transmitir tus emociones. No importaba tu estado anímico, lo que quisieras mostrar o a quien tuvieras delante, siempre conseguías crear en la persona la necesidad de escucharte, de oírte, de entenderte, de quererte. Esas emociones que ahora parecen estar camufladas bajo un espeso bosque. Que les cuesta ver la luz del día. Que mostrarlas es tan difícil que ni la obligación o disciplina consiguen que salgan a flor de piel. Pero es cuestión de tiempo que seas capaz de transmitir todo lo que llevas dentro. De compartir lo que estás viviendo.
Muchos han tenido la ocasión de conocerte, de compartirte e incluso quererte. Pocos, los que han conseguido entrar dentro de tí, conocer tu esencia, tu bondad, de lo que eres capaz de hacer por amor. Yo lo sé. Y tú sabes que yo lo sé. Nos separan 25 años desde aquel momento que dos adolescentes cruzaron sus miradas. Y hemos vivido muchas cosas juntos. Que nos han unido más. Que nos han fortalecido y que en momentos nos han hundido. Puras pruebas de fuego. Pero siempre hemos sabido salir hacía arriba. Y porque no ahora?
Cuando pienso en el ayer y en el hoy, y me pregunto que hay de común en ambos espacios de tiempo, veo marcada nuestra relación por un continuo afán de superación, siempre la enfermedad ha estado presente en los pasos que hemos dado en la vida. Pero no lo veo con rencor, o con tristeza. Lo veo como la palanca que ha movido nuestros sentimientos. Que ha marcado nuestras decisiones más importantes, que ha construido nuestro camino. Ese camino que seguimos creando. Juntos, a veces fuertes y otras derrotados por la última batalla. Pero seguimos buscando eso que tenemos en común, eso que nos mantiene unidos, esa devoción del uno por el otro más allá de lo físico. Es emocional, incluso místico. Sus frutos, son esas dos princesas que tendrán su propio capítulo y son reflejo de nuestra historia, nuestra bonita historia.
Del ayer añoro muchas cosas, porque han cambiado mucho. Pero hemos vivido tanto que es imposible olvidar porque estamos juntos. Volvería atrás? Seguramente.... para cambiar algo? No, para disfrutarlo más si cabe. Solo cambiaría una cosa, borraría ese maldito 15 de noviembre del 2014. No por mí, sino por tí. Por darte la oportunidad de seguir con tus ilusiones, fantasías y proyectos. Por dejar que el mundo conociera al verdadero héroe de esta historia.
Sigue luchando, que vale la pena por el ayer que tuvimos, vivir el hoy y construir el mañana. Dejar huella en este mundo, pero sobretodo dejar huella en ellas.
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